Declaración pública

Copio más abajo integramente (en cursiva) una carta que recibí hoy. La revista Nuestros Temas (publicación para profesores de educación básica del Mineduc) en su Nº20 trae un reportaje a esta experiencia. En el Nº17 de esta misma publicación, entrevistan a Carlos Mellado, director de la escuela a propósito de campañas de mejoramiento de los aprendizajes en lenguaje y matemática. Por último, en la página Innovemos de Unesco se encuentra la descripción en detalle de este proyecto.

1.- La Escuela Casa Azul es una experiencia educativa con mas de 16 años de vida. Nació de la preocupación y del trabajo de educadores y vecinos de Población Yungay en la Comuna de la Granja, para acoger a los mas pobres y marginados, a aquellos niños/as que el propio sistema educativo excluye. Desde su creación contamos con una jornada extensa de 10 horas diarias, con alimentación completa y sobretodo, con educación digna y de calidad.

2.-Nuestro índice de vulnerabilidad es de 75%, el SIMCE 2005 es de 260 puntos promedio, se nos acaba de asignar Excelencia Pedagógica y en el año 2001 la Organización de Estados Iberoamericanos distinguió a Casa Azul como una de las dos experiencias innovadoras exitosas del país.

3.-El día 24 de octubre de 2005 fuimos objeto de una inspección de subvenciones. Era un día lluvioso, 2 profesoras se encontraban en tribunales a causa de una denuncia interpuesta por nosotros por agresiones graves que afectaban a 3 de nuestros alumnos. Se acordó pasar asistencia mas tarde ya que nuestro equipo de calle no había podido salir en busca de los atrasados e inasistentes. Se presentaron las explicaciones pero el registro se llevo igualmente adelante. El Director Provincial realizo gestiones que enmendarían esta situación pero al parecer no resultaron, pues los descuentos se realizaron invariablemente. Este suceso ha significado para Casa Azul la retención de $5.000.000, el riesgo de nuevos descuentos y la quiebra.

4.-También se cuestionó nuestro número de matriculas, porque el exento de creación de la JEC no estipula cantidad de alumnos y se nos solicito dar de baja a cerca de 100 niños y el probable descuento económico por percibir recursos que no corresponden desde la perspectiva del sistema.

5.- Por este motivo denunciamos:
-la inconsecuencia de la gestión ministerial, que promueve la equidad, la igualdad de oportunidades y actúa con desidia, carencia de criterios y falta de compromiso con los mas débiles y excluidos.
- la precariedad en que se desarrolla nuestro quehacer y la ausencia de políticas serias, consecuentes con las verdaderas necesidades de los niños y niñas de los sectores populares.

Solo tendremos educación buena para todos, cuando esta deje de ser un negocio, cuando se gaste más en quien necesita más, y las propuestas educativas asuman como punto de partida de su tarea, la realidad social y cultural de sus educandos y por supuesto, cuando los funcionarios dejen de ser funcionarios y se transformen en agentes, útiles, eficientes y colaboradores con la tarea de la escuela.

Comunidad Casa Azul La Granja, 30 de Mayo de 2006

Av. Yungay 0641, La Granja Tf: 526 64 38 casaazul@ctcinternet.cl

Premio al mejor aporte (o la vergüenza que me dan los medios)

Hoy finalmente los medios publican información que permite entender algo mejor lo que está ocurriendo con los secundarios. Algunos datos:

Loce (Ley orgánica constitucional de enseñanza): se publicó 1 día antes de que asumiera Aylwin. Se puede leer en la página de la biblioteca del Congreso Nacional. Mientras Lagos fue ministro de educación (1992), se envió un proyecto de ley para modificarla. Ni él mismo sabe qué pasó con eso.

Las modificaciones que se han introducido a esta ley hasta el día de hoy se pueden leer en emol.
El petitorio de los estudiantes, presentado el 4 de mayo, pueden leerlo aquí.

Hoy hay cobertura total de los medios. Todos quieren -incluso los estudiantes de periodismo- encontrar la mejor historia y saltar, junto con los secundarios, a la fama. Hace un par de días, nada. No era 'cool'.

Pero en medio de la desinformación total, una periodista comenzó a ir más allá de todos. Gracias Carolina Urrejola por favor concedido. Porque antes que nadie comenzaste a hablar de la LOCE, porque antes que nadie dijiste aquí hay un tema que va más allá de la gratuidad de la PSU.

Cállese mijito, usted está muy chico para opinar

La movilización de los secundarios me tiene impresionada. ¿Por qué?

1. Por lo jugados. Partieron pidiendo sólo dos cosas, parecía algo simple. Pero están logrando articular un malestar que va mucho más allá de la gratuidad de la PSU y el transporte. Les 'dolía la güata', estaban descontentos. No hicieron comisiones mixtas ni nada por el estilo para reflexionar por meses. Actuaron. Y cuando les fue mal (infiltrados y voilencia), supieron reconocer que no era eso lo que les interesaba y dar un giro.

2. Por lo responsables. Entre ellos se cuidan. No pueden participar de las asambleas sin leer lo que los medios publican. Se dividen para cocinar, limpiar y mantener los lugares tal como los encontraron cuando se los tomaron.

3. Por lo organizados. Tienen representantes, voceros. Nadie se arranca con los tarros pretendiendo ser el Wallace del asunto. Están en la red, absolutamente conectados.

4. Por lo alegres. Hoy paseaban con caras pintadas de payaso. Han desplegado toda su energía creativa.

7. Por lo diverso del movimiento. Ya no son los de 'un lado' los rebeldes. De izquierda, de derecha independientes, da lo mismo. Es un movimiento que supo unir. O tal vez ni siquiera fue tema, simplemente ocurrió, porque no andan preocupados de mirar en blanco y negro.

6. Por la fuerza. Apenas descansan. Viajan de un lado para el otro. Están dando la vida en esto y a cara descubierta.

La verdad, yo misma entiendo poco entre tanta sigla JEC, LOC, FESES, FUAS, PSU. Me están obligando a informarme (y cuesta, los medios no ayudan mucho). Pero me gusta lo que está pasando. El simple 'callese mijito que está muy chico para andar opinando tonteras" no fue suficiente. O lo fue por un tiempo, sirvió para un par de generaciones, pero a esta no le vinieron con cuentos.

Más allá de la educación, nos están dando cátedra de lo que significa cuidar y cultivar un estado democrático.

Soy hija de la dictadura, ¡y qué hija!

Hace exactos dos años fui invitada a ver la obra Carne de Cañón, de la compañía de danza teatro La Vitrina. Desde la llegada todo fue especial. Entramos por una escalera angosta y en el último peldaño recibimos una copa de navegado. Nos sentaron en círculo (reconozco que esa escena de sentarse tan cerca de los artistas no puede sino darme ese extraño apretón de güata, ¿y si es una obra del tipo lúdico y me sacan para interactuar?) Comenzó. Un recorrido, desgarrador a ratos, por el sentimiento de muchos en torno al 11 de septiembre del 73.

Termina la obra (yo con un nudo en la garganta) y los artistas se sientan en ese mismo círculo, mientras nos reparten charquicán en platos de greda. Comienza una conversación de las más hermosas que he tenido en la vida. Recuerdos, comentarios, rumores, todo cabía ahí, una especie de 'teléfono de los atorados' pero del 11 de septiembre.

Soy de esas pocas personas que saben exactamente el día de su concepción (según mi mamá, eso explica mucho de mi personalidad, nunca he sabido si eso es una especie de piropo o karma, en fin). Deberían nombrarme hija ilustre de la dictadura, porque fui concebida el 17 de septiembre del 73´, a 6 días del golpe.

Entre tantas historias de dolor, ahí está mi vida. Soy una historia de amor entre tanto desgarro. Sí, me creo la muerte con esa declaración. Pero mi autoestima no es el punto. Ese día, en esa obra, cuando conté esa historia, los relatos cambiaron de tono. Uno de los actores contó que, en medio de una protesta, quedó atrapado entre dos puertas (esas que están antes de entrar al zaguán). Iba con la ‘chica de sus sueños’, imagínense ustedes cómo termina la historia. Terminamos riendo, al menos sonriendo.

Ayer escuchaba la idea de barrios amables en el discurso de la presidenta. Hace años que creo que la única manera de ser más amables es también tener relatos más amables. No se trata de dar vuelta la hoja, me opongo a esa idea. Tampoco de bajar el perfil. Simplemente conocer esos otros relatos. Me gustaría que ‘La historia oculta del régimen militar’ fuese esta historia secreta, la de los amores, la de los reencuentros.

Y hoy quiero comenzar a escribirla. ¿Me cuentas tu historia?

El país 'tipo'

Cuando chica no era extraño tener estuches de tevinil. Los había de todos colores. Hace años que no escucho esa palabra (es más, reconozco que hasta había olvidado escribirla). Y no es que el tevinil haya dejado de existir, ahora hablamos de ‘cuero ecológico’.

En la casa de mis papas teníamos a la nanita. La Adelita Roa es la mujer que prácticamente nos crió y que, además, hacía las cosas en la casa. Los que no tuvieron la suerte de tener nanitas tenían empleadas. Eso tampoco existe ahora, la gente tiene ‘asesoras del hogar’.

El jurel es jurel, el salmón salmón. ¿Alguien ha visto alguna vez un tarro de salmón tipo jurel? ¿Por qué entonces al jurel hay que ponerle apellido? Somos el país de los algo tipo otra cosa.

Pero este fin de semana se nos pasó la mano. Antes había una cosa llamada publicidad. Todos sabíamos que cuando alguien tenía que vender su producto, pagaba por promocionarlo. Pero nos decía claramente ‘este espacio lo pago’. La moda que agarramos ahora es la ‘publicidad tipo portada’. El Mercurio vende la portada de lo que parecía su serio cuerpo de economía para que Líder pueda mostrarnos lo ‘amorosos’ que son al poner una mujer de gerente que va a ayudar un poquito a todos. Pero eso es lo de menos. Que La Tercera entregue a esa misma empresa la portada de su revista De mujer a mujer sin siquiera decir que por eso le pagaron no tiene nombre. Una cosa ya está clara, no es necesario pololear con un futbolista para tener portada, basta con tener las lucas. Las portadas se compran.

Al menos con el cuero ecológico nunca nos trataron de convecer que venía de una vaca ecológica.


PS: Si quieren saber más del caso, lean Escándalo.
PS2: En los congelados del supermercado venden un jurel ahumado que al parecer está buenísimo. El dato me lo dió la misma amiga que lucha contra telefónica.

Nunca más solos II

Una amiga ha iniciado una cruzada contra telefónica bajo el slogan “yo también odio a telefónica, ¿y tú?”. La semana pasada puse eso como nick en mi msn, salí un rato de la oficina y cuando volví tenia una cantidad nunca vista de mensajes. Todos se sumaban al odio contra telefónica por distintas razones, desde no entender la cuenta, sentirse estafados hasta los más radicales que sienten que España otra vez nos pone la pata encima.

Hace algunos años Tironi escribió “somos una sociedad con pocos vínculos comunitarios. Si te va mal en el mercado, te quedas prácticamente desnudo. Los fracasos son vividos como culpas y no como fallas del sistema. Por lo tanto, los fracasos conducen al sicólogo y no a una rebelión en la calle”.

Esta misma amiga me planteaba “¿por qué no nos vamos a parar todos afuera de nuestras oficinas y detenemos el país por unos minutos para mostrar nuestra molestia frente a tanto abuso?” Todavía me creo soñadora, pero por alguna razón no me compro esas pataletas (en buena lo digo) colectivas. ¿Desesperanza aprendida?

Pero no todo está perdido. La gente sí puede organizarse. O al menos un grupo se organizó para decir no más abusos. Y no son pocos los que ya se han sumado a esta campana de Genera. La mismísima presidenta, uno que otro famosillo y, por supuesto, el pueblo, quiere generar poder contra el abuso. Participes o no, tienen un listado de Fonos ¡ya! contra el abuso que no está de más guardar en los favoritos.

Buena cosa, ¿cómo saben si, además de ser más comunitarios, disminuimos un poco las consultas psicológicas?

Nunca más solos

No es ninguna novedad encontrarse con columnas, reportajes, estudios e incluso libros que hablen de la soledad que sentimos los chilenos. El informe del PNUD 2004 no se queda atrás.

Trabajo en una corporación (SOMOS) y en este minuto nos encontramos haciendo las gestiones para existir legalmente. Son tantos los trámites, tantos los papeleos, que a veces me dan ganas de mejor quedarme en mi casa. Pero de algo estoy segura: no somos ni los primeros ni los últimos en armar una organización. ¿Dónde está lo que aprendieron todos aquellos que pasaron por los mismos papeleos que nosotros en el último tiempo? Quién sabe. Anda a trámite fácil me han dicho muchos, a Probono. Sí, hay avances. Pero la cotidianeidad (saber, por ejemplo, que memorias y balance deben acompañarse de una carta del presidente que diga: entrego aquí memoria y balance) no queda registrada. Para mí, eso es lo que genera esa sensación de soledad, sentir que andas un camino que no tiene rastro alguno y tú sabes con certeza que otros pasaron por ahí (entonces nos baja la paranoia, ¿borraron todo porque me quieren cagar?).

Conocimiento comunitario, CC. Bueno, no eso exactamente, pero la sigla CC existe y vaya que existe. Creative commons, una ong internacional que lidera un proyecto que promueve este conocimiento comunitario (vela por los aspectos legales para que esto pueda pasar, para poder tener 'algunos derechos reservados' y no todos como tradicionalmente ocurría). Cada autor define en qué términos comparte su obra. Veamos un ejemplo real. Quiero cantar, pero sólo tengo una letra y algunos acordes. Como no soy música, no he hecho arreglos. Grabo, lo subo a mi web y licencio bajo CC. Alguien compone lo que toca el bajo, otro el piano, la armónica, en fin, todo lo que yo acepte en la licencia. Resultado: un temón, algo que jamás hubiese logrado sola (hey, soñar todavía es gratis).

Chile es el segundo país en latinoamérica que se integra a CC. El primero fue Brazil, donde hasta el ministro de cultura puso a disposición de la humanidad su música. Hace un mes el sello Alerce decidió lanzar todos sus singles bajo licencia Creative Commons Chile. Desde el 11 de abril están ingresando los singles de sus artistas entre el 2000 y el 2005. Todo esto estará disponible para nosotros desde este lunes (22 de mayo). Veamos qué pasa.

Más vale almeja conocida que almeja por conocer o Más Pánico y menos Ravotril

Trabajo entre puros periodistas. Asi que escribir sabiendo que puede llegar a manos (ojos en realidad) de alguno de ellos me da dolor de güata.

En el verano conocí a un hombre de unos 60 años que vive en el Valle del Elqui. En una de nuestras conversaciones me dio la mejor definición de madurez que he escuchado hasta ahora: 'ser maduro es declararse huevón. A los 10 años te miras cómo eras a los 5 y piensas 'pucha que era huevón', a los 15 miras lo que eras a los 10 y vuelves a pensar 'pucha que era huevón a los 10', y así nos pasamos la vida. Cuando te declaras huevón, no tienes nada que perder'.

Hace poco cumplí años y mi nuevo propósito (tipo Bridgett Jones) es ser madura, o sea, declararme huevona (o almeja como dice una buena amiga). Por eso empecé el blog 'público', para tener todo el rato ese dolor de güata que, finalmente, me lleve simplemente a ser y no andar preocupada del parecer.

Y parece que el fenómeno no es poco común. Ayer me hice mi propio regalo de cumpleaños. Compré un disco de Manuel García (Pánico). Antes de abrirlo me produjo demasiada curiosidad el nombre (en un país que consume Ravotril en la misma proporción que pastillas de menta, pensé que tenía que ver con eso). Dicho sea de paso, qué bueno es tener los discos originales. Si lo hubiese bajado por internet, no habría podido leer en su primera página: "Con ocho años y una guitarra comencé a sentir los primeros latidos del trovador. Algo que luego, entre desvelos y misterios, se fue convirtiendo en mi gran secreto. Tan así de inmenso que hoy, por fin, deseo compartirlo. Pero ese sueño me produce Pánico. De todas formas, aquí les va".


P.S.: Pueden ver el video del tema que suena en las radios (Tu ventana) en Youtube.

La música como un derecho humano

Hoy estaba en una clase donde el profesor discutía con sus alumnos para tratar de dilucidar qué es aquello que distingue la buena de la mala literatura. Raya pa´la suma: la buena literatura es un paso, genial por cierto, hacia la destrucción de las convenciones.

Ayer pensaba en lo lógico que me resulta que la música se censure. No digo con esto que lo apruebe, sólo que me resulta lógico. Yo escucho música según el estado de ánimo con el que ando. O a veces, el ánimo con que ando depende de la música que escucho. Y tanto puede llegar a afectarme la música, que hay momentos de la vida en que me prohíbo a mí misma escuchar algunos temas por lo que pueden llegar a provocarme.

Y si a esa autocensura en pos del estado anímico sumamos que la música, al igual que la buena literatura, es también un paso hacia la destrucción de las convenciones, ¿cómo no tener esa humana pretensión de "guiar" a toda una comunidad decidiendo qué es lo que deben escuchar?

Me puedo bancar mi autocensura, pero no la censura impuesta. Freemuse es una organización que lucha contra la censura de la música y hablan de ella como un derecho humano.

Más allá de la lucha, me estremeció pensar y hablar de la música como un derecho humano.

La bicicleta

Cuando era chica me encantaba leer una revista de música que mi mamá compraba con rigurosa frecuencia. Se llamaba La Bicicleta. En las páginas centrales venía la sección que más me gustaba, porque te enseñaban a tocar en guitarra 'hits' del momento. Un nombre que me quedó sonando de aquella época y de esa sección fue el de Andrés Godoy.

El viernes fui a la primera muestra de rock de palo. Dinosaurios del rock tocando sólo con sus guitarras. Una de las razones para ir a esta tocata fue ver a Andrés Godoy en vivo (sólo lo había leído, nunca escuchado). Y subió
al escenario. Partió con un tema instrumental, un solo de guitarra. Impecable. Nada nuevo dirán los que no lo conocen. Pero Andés tiene sólo un brazo.

Cuando chica, además de leer La Bicicleta, quería ser cantante. Aprendí a tocar guitarra, hice los coros en la banda de unos amigos. Pero desistí de todo eso. No se me daba, no me resultaba tan fácil, no tenía el talento de los otros. Nunca reparé en que tenía dos brazos.


P.D.: Qué bueno es tener un blog. Hoy conversando con Diego García me aclaró que el que escribía en La Bicicleta era Álvaro Godoy, no Andrés. Salud por los Godoy entonces. (16/05)