5/16/2006

La música como un derecho humano



Hoy estaba en una clase donde el profesor discutía con sus alumnos para tratar de dilucidar qué es aquello que distingue la buena de la mala literatura. Raya pa´la suma: la buena literatura es un paso, genial por cierto, hacia la destrucción de las convenciones.

Ayer pensaba en lo lógico que me resulta que la música se censure. No digo con esto que lo apruebe, sólo que me resulta lógico. Yo escucho música según el estado de ánimo con el que ando. O a veces, el ánimo con que ando depende de la música que escucho. Y tanto puede llegar a afectarme la música, que hay momentos de la vida en que me prohíbo a mí misma escuchar algunos temas por lo que pueden llegar a provocarme.

Y si a esa autocensura en pos del estado anímico sumamos que la música, al igual que la buena literatura, es también un paso hacia la destrucción de las convenciones, ¿cómo no tener esa humana pretensión de "guiar" a toda una comunidad decidiendo qué es lo que deben escuchar?

Me puedo bancar mi autocensura, pero no la censura impuesta. Freemuse es una organización que lucha contra la censura de la música y hablan de ella como un derecho humano.

Más allá de la lucha, me estremeció pensar y hablar de la música como un derecho humano.

4 Comments:

Blogger Alfredo Sepúlveda said...

Ese profesor es un tarado que no sabe de lo que habla

3:52 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

¿Ese profesor no fue parte alguna vez de la rebelión de los desahuciados idealistas? No te censures.

mCdelivery

4:07 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Me gustó tu comentario de la música. El papá de una polola que tuve era fanático de grupos como Yes y Génesis. Un día mientras escuchábamos un disco de vinilo de Yes me quedó mirando y dijo "¡qué increíble es!"
- ¿Qué? - le respondí.
- La música- me dijo - y lo más fabuloso de todo es que no tiene explicación.
Quedé tan impresionado con una idea tan sencilla como esa. Y es cierto, lo que nos pasa con la música no tiene explicación. Ahora, claro, algún experto podría explicar cómo las ondas sonoras activan determinadas zonas del sistema nervioso. Pero ése no es el punto. ¿Sabrán estos expertos lo que sentí el día que escuché a Paul McCartney en vivo, después de oír toda mi infancia los discos de los Beatles junto a mi padre?
- Quizás por lo mismo, esa frase de que la música no tiene explicación me dio tantas vueltas. Otro día en circunstancias parecidas la misma persona me preguntó si para mí "la música era un invento o un descubrimiento" (No se imaginan lo importante que han sido para mi desde entonces esas palabras). Pensé muchísimo en ello, y es lo que de alguna manera me hizo restaurar la idea de Dios en mi vida. La música definitivamente es un descubrimiento, porque la creación tiene su armonía propia. Existe creo yo una armonía ancestral con sus ondulaciones y ritmos propios. Pitágoras dio claves muy lúcidas al respecto al tratar el problema de la armonía y el número (Les recomiendo atender cierto mensaje cifrado sobre el mismo tema, que se puede advertir en la parte final del último DVD de Madonna). Conocer esa armonía obsequiada a la humanidad parece ser todo el secreto de Rachmaninov, Eric Clapton y los hamelines de humanos que han pisado la tierra. La buena música nos dice siempre que al final del día no estamos solos como a veces creemos. Recuerda esto cada vez que llores.

6:12 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Me gustan todos lo temas de los que escribes y me gusta que te leo y es como verte, porque escribes igual como hablas... inteligente todo el rato... Una idea , escribe del amor de madrina, porque todos escriben del amor, pero nadie escribe de ese. Te tinca? Apate que manza madrina que tiene mi Gregorio!!!! GRANDE LA CECI!!!

10:01 a. m.  

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