6/09/2006

Nunca más solos III

Manuel nació y creció en Arica. Me contaba que, con sólo mirar la ruta que seguían los habitantes de esa ciudad y un par de accesorios que llevaban con ellos, podía fácilmente identificar su lugar de destino.

Me contó también que, cuando conoces a alguien y te parece interesante, la conversación termina con un ‘nos vemos’ y, de verdad, ‘te ves’, porque el lugar lo permite.

Pensaba en cómo ocurren las cosas acá en Santiago. Si conoces a alguien interesante, aunque sólo hayas conversado 10 minutos, o intercambias teléfonos o simplemente el ‘nos vemos’ termina en un ‘no te veré jamás’, porque toparse es bastante imposible. Y si sólo hablaste 10 minutos, pedir o dar teléfonos a veces resulta bastante absurdo (forzado al menos). Después vienen todos los complejos ‘qué le digo si llamo’, ‘se acordará’. Y no estoy hablando de relaciones de pareja. Tal vez esa es la mayor complejidad ‘se irá pasar algún rollo si llamo’.

No es fácil hacer amigos en esta urbe. Cuando escuché esta historia, me acordé de mis amigos del barrio. Con ellos sí me despedía sin necesidad de coordinar nada más. ‘Me tengo que entrar, chao’. Esa sola frase llevaba implícito el compromiso de seguir viéndose.

A mí me hace falta esa naturalidad en las relaciones. Esa pausa, ese respiro. No sé qué otra manera puede existir en ciudades como esta (¡y cómo será en otras ciudades, tipo Ciudad de México o en Japón!).

Todas las tardes, cuando me voy a eso de las 6 de vuelta a casa, veo al mismo sujeto. No sé quién es, qué hace, menos cómo se llama. Pero ya es parte de mi vida.

3 Comments:

Blogger Angélica Bulnes S. said...

Yo también!!! Todos los días, bueno no todos, pero bien seguido me encuentro con Raúl Zurita, el poeta, desde hace varios meses. Tanto que he llegado a pensar en preguntarle si tiene algo que decirme. Eso es lo primero. Lo segundo es que yo tengo la suerte de vivir en un barrio en el que de puro toparnos nos hemos hecho todos amigos. Pero ahora con el plano regulador que quiere aprobar la municipalidad de Providencia lo más probable es que eso se acabe y nos tengamos que ir todos para dejarle espacio a los edificios, túneles y supercarreteras.

6:43 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

suelo encontrarme con la misma gente desconocida, de modo sistemático. algunos, de hecho, como que me conocen.
me imagino que también se acostumbran a mi aparición periódica en sus vidas.
me imagino que además saben que -de no mediar una situación extraordinaria- rara vez nos diremos más que buenos días, buenas tardes. Hum.

4:39 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Que te puedo decir, es de todo mi gusto tu historia. He buscado en varios blogs, he visto historias distintas, pero esta es de la que más se acerca al prototipo de la historia que yo pretendo conseguir (cuando haga mi Blog)...
son historias simples, que te dejan ahí. Pensando!

Llegar al punto final y tomar mucho aire...
Buscar un lápiz con urgencia para poder botar ese aire.
Ese aire es más que aire, es reclamo, es reflexión...
El aire sería como un impulso.
Es el empujón hacia los sentimientos y las emociones.
Impulso tras impulso éstas van quedando plasmadas en la hoja.
Se mezclan entre las letras, se confunden con los comentarios.
Impulso tras impulso laten como el corazón.
Bombean tinta a la par de éste último.
Un vaso de agua que invita a la reflexión.
Un punto final que corresponde a un cigarro.
Una firma que da el paso a un suspiro, a un "volveré"...

De todo corazón y con mucho cariño, espero que hayas firmado tu última obra. Espero que así haya sido, para que vuelvas con tus impulsos. Para que botes tu inspiración e inspires a otros. Para que de esta forma sigamos colocando más letras en esta hermosa obra.Expresar...

11:20 a. m.  

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