6/30/2006

Vuelta de chaqueta

Me doy vuelta la chaqueta. No, no me enorgullecen tanto estas movilizaciones ciudadanas. Mi primera emoción fue la sorpresa y alegría de que nos empecemos a manifestar. Pero ahora, mientras más leo lo que se propone, me doy cuenta que es más de lo mismo: 'alguien tiene que hacer algo'. Que el gobierno baje la bencina, que los carabineros y los jueces velen por la seguridad. Sí, que lo hagan. Pero, ¿y nosotros?
El otro día conversaba con una señora que me decía que ella no podía hacer nada por las pymes. Que aunque sintiera que no estaban bien las cosas, nada estaba en sus manos. Pero sí hay mucho en nuestras manos. Por ejemplo, ¿queremos que se proteja la industria nacional? ¡No compremos zapatos chinos entonces!
Pero ahí vuelvo al cuadro de la distrubución de ingresos. ¿Cómo comprar zapatos de 10 mil si puedo comprar unos casi iguales por 3?
Algún monito animado decía "me hierve la cabeza". A mí también.

6/21/2006

El gobierno de la ciudadanía

No recuerdo otro momento en los últimos gobiernos de la concertación donde más iniciativas ciudadanas estuvieran a la orden del día. O esta es una estrategia escondida del gobierno para que la ciudadania se empodere (y nadie se ha dado cuenta hasta ahora) o las cosas tienen que ir mal para que nos tomemos en serio nuestro rol de ciudadanos. Para muestra un botón:

Patricio Perelmann (Presente en todo momento) ha iniciado una campaña -que ya tiene más de 2.000 adherentes- para exteder el horario del Metro hasta las 00 hrs. Las razones son básicas: tiempo y seguridad. Covoca a través de una carta y si te parece interesante, puedes firmar aquí.

Gonzalo y su familia fueron asaltados el 19 de mayo. Lo común en esos casos, hasta ahora, era subir las rejas y ojalá electrificarlas. Ellos en cambio generaron un movimiento de victimas de la delincuencia, armaron un blog (el testimonio de Gonzalo tiene 522 comentarios) y convocaron a una manifestación el sábado 17 en el Parque Bustamante. Ya tienen más de mil firmas.

El lunes me bajé del metro en Baquedano a las 7 de la tarde. Tantas eran las bocinas que sonaban que hasta pensé que habíamos ganado un partido del mundial. Pero no, pronto recordé que ni siquiera habíamos clasificado. Los bocinazos respondían a un llamado de Julio Dittborn bajo el slogan “Unámonos para disminuir el impuesto al combustible". Y no es el único. Los automovilistas de Chile están organizando Tacotones. La próxima se viene el 24 de julio.

Esto me lleva a una gran pregunta: ¿no será necesario poner a cargo de grandes (y pequeños) temas a gente competente pero que además, de verdad le importe? Como dijo un amigo, nunca nos vino mejor la consigna 'Power to the people'.

6/14/2006

EL pago de Chile

Si distribuyéramos los ingresos en partes iguales entre todos los chilenos, cada uno recibiría $149.600 pesos mensuales.
Pero el 20 % de los ciudadanos se lleva el 56% de los ingresos.


Algo no está bien. Somos uno de los 15 países con mayor desigualdad en el planeta. Algo no está nada bien.

La última semana, a raíz de tanta opinión en torno a la educación, me pasé varias noches en vela tratando de entender esto de la desigualdad que existe en nuestro país. Ya había visto las cifras varias veces, incluso había hablado del tema (con propiedad según yo, ja!). No sé qué pasó distinto esta vez, pero las cifras me quitaron el sueño. Empecé a hacer cálculos una y otra vez para lograr que las cifras significaran algo (cuántos kilos de pan, pasajes de metro, botellas de Coca Cola, libros y así muchas otras cosas que pudiera comprar con esas lucas).

Uno de los estudios que leí en la Funasupo, compara el ingreso per cápita por quintil con la situación educacional. No sé bien qué conclusiones sacar. Sí me queda claro que resolver el tema de la educación es muchísimo más complejo que una comisión y que la gratuidad de la PSU para los tres primeros quintiles está lejos de ser un triunfo.

Hay un grupo que no sólo está estudiando el tema, también está generando acciones y promoviendo esta “Campaña contra la desigualdad en Chile".

Me quedo con sensación de continuará... la cantidad de preguntas es todavía inarticulable.

6/09/2006

Nunca más solos III

Manuel nació y creció en Arica. Me contaba que, con sólo mirar la ruta que seguían los habitantes de esa ciudad y un par de accesorios que llevaban con ellos, podía fácilmente identificar su lugar de destino.

Me contó también que, cuando conoces a alguien y te parece interesante, la conversación termina con un ‘nos vemos’ y, de verdad, ‘te ves’, porque el lugar lo permite.

Pensaba en cómo ocurren las cosas acá en Santiago. Si conoces a alguien interesante, aunque sólo hayas conversado 10 minutos, o intercambias teléfonos o simplemente el ‘nos vemos’ termina en un ‘no te veré jamás’, porque toparse es bastante imposible. Y si sólo hablaste 10 minutos, pedir o dar teléfonos a veces resulta bastante absurdo (forzado al menos). Después vienen todos los complejos ‘qué le digo si llamo’, ‘se acordará’. Y no estoy hablando de relaciones de pareja. Tal vez esa es la mayor complejidad ‘se irá pasar algún rollo si llamo’.

No es fácil hacer amigos en esta urbe. Cuando escuché esta historia, me acordé de mis amigos del barrio. Con ellos sí me despedía sin necesidad de coordinar nada más. ‘Me tengo que entrar, chao’. Esa sola frase llevaba implícito el compromiso de seguir viéndose.

A mí me hace falta esa naturalidad en las relaciones. Esa pausa, ese respiro. No sé qué otra manera puede existir en ciudades como esta (¡y cómo será en otras ciudades, tipo Ciudad de México o en Japón!).

Todas las tardes, cuando me voy a eso de las 6 de vuelta a casa, veo al mismo sujeto. No sé quién es, qué hace, menos cómo se llama. Pero ya es parte de mi vida.

6/01/2006

Te doy una canción

El martes murió- en Costa Rica- Marina, la abuela de mi amiga Pabla Marina. Anoche acá en Chile se hizo un rito para despedirla. Durante horas, la familia cantó.

Ayer recibí también un mail con la canción de Violeta Parra 'me gustan los estudiantes', que probablemente hoy se encuentre citada en todos los sitios de Chile en apoyo al moviento de los secundarios.

No puede dejar de conmoverme el trabajo de los cantores. Más allá de cantar, más allá de componer, miran Chile como nadie, miran las relaciones como nadie. No es tan raro entonces que, a veces, sean los incomprendidos.

No es raro tampoco que la música se evite (sí, otra vez con lo mismo). Anoche entre canto y poesía, se mezclaba la alegría, la pena, la celebración, el desgarro. ¿Y por qué no si todo eso es parte de la vida? Entre comida, aplausos, acórdes y lágrimas, el duelo que se vivía en el Cuarto de Tula era "sano", porque era un duelo en toda la magnitud de su expresión.

A días de la funa que se le hizo al Príncipe pienso en el remezón de viceras que le debe provocar seguir escuchando a viva voz las canciones que pretendía callar. A veces sueño que él sueña con Amanda, con girasoles, con casitas lindas, con chicha y limoná. Esa debe ser su peor pesadilla.

Mi abuelo Nicolás decía "familia que canta unida permanece unida". Cuando murió también cantamos. Yo todavía lo sigo cantando.

¿Será la falta de canción lo que nos tiene tan divorciados en Chile?